Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), una de cada ocho especies de aves se enfrenta, actualmente, a la extinción. La actualización más reciente de la Lista Roja de especies de aves amenazadas lista a 190 especies de aves como “En peligro crítico”. Ocho de las aves en esta lista se añadieron este año y unas dieciséis especies han sido dotadas de un estado de amenaza más alta. En agudo contraste, sólo se encontraron dos especies que han mejorado sus perspectivas de supervivencia. Es evidente que las cosas están fuera de control.
Son la destrucción de los hábitats naturales y el cambio climático provocado por el calentamiento global los mayores factores que provocan esta lamentable tendencia. Tristemente, no parece que vayan a cambiar pronto las cosas. Las poblaciones fragmentadas de aves se vuelven aún más vulnerables a los cambios climáticos y esto, a su vez, puede provocar un mayor nivel de extinciones localizadas y aunque existe una tendencia cada vez mayor entre los países del primer mundo para ir a lo “verde”, es poco probable que veamos estos cambios implementados a la escala suficiente para evitar esta ola de destrucción.
Existen aproximadamente 10 000 especies de aves conocidas, para más información puedes visitar avesypajaros.com. De ellas más de 1200 ahora se consideran “amenazadas”. Al menos ocho especies han sido golpeadas hasta la lista de estado “en peligro crítico” este mismo año. Las estadísticas incluyen el ave Floreana burlona, que se limita a una pequeña población de tan sólo 60 animales, y los Emuwren Mallee de los cuales hay solamente cerca de 100 individuos en estado salvaje. Estas son dos de las especies más amenazadas en la lista, pero algunas de las especies de aves más familiares también merecen atención. El Correlimos y el Albatros también están listados como en “peligro de extinción”, y el kiwi moteado en Nueva Zelanda ha cambiado su estado de “casi amenazada” a “vulnerable”.
Una de las aves a festejar es la paloma imperial, que cambió de “en peligro crítico” a “en peligro” como resultado de los esfuerzos de conservación. Esto demuestra que la conservación puede ser eficaz, pero tiene que ser implementada para todas estas especies en peligro de extinción si es que queremos ver grandes cambios.
Si bien las actividades, tales como la tala de bosques para dar paso a plantaciones de aceite de palma continúan destruyendo los hábitats de aves vitales, se han establecido programas para tratar de detener esta tendencia actual, como el llamado programa “Prevención de Extinciones” de BirdLife, cuyo objetivo es encontrar grupos que estén dispuestos a proteger a cada una de las 190 aves que se indican como en peligro crítico. Los amantes de las aves sólo podemos esperar a que el nuevo programa demuestre ser un éxito.