Los peces son todos aquellos animales vertebrados que no son miembros del grupo de los tetrápodos y que viven en el agua. Son estudiados por la Ictiologia. Como es propio de los primeros vertebrados, son acuáticos y la respiración se produce principalmente por branquias situadas en hendiduras de la faringe.
Su forma de desplazarse por el medio se basa en una forma hidrodinámica, con movimientos laterales del cuerpo auxiliados por extremidades que son aletas. El grupo de los peces es muy heterogéneo e incluye a formas tan dispares como las lampreas, los tiburones o los atunes, alcanzando ya cerca de 30.000 especies conocidas.
Los peces son los primeros animales originados de la evolucion, donde se originaron hacia el comienzo del Cámbrico. No se sabe a ciencia cierta exactamente donde fijar su origen. El grupo más primitivo de los peces, los agnatos, que no poseen mandíbulas, comprende dentro de su grupo a las lampreas y a los mixines.
El grupo de los peces pueden ser clasificados como:
Condrictios o peces cartilaginosos: del tipo de los tiburones, rayas y quimeras, caracterizados por poseer hendiduras branquiales externamente visibles y un esqueleto compuesto solo de cartílago.
Osteíctios: poseedores de esqueleto óseo y branquias protegidas mediante un opérculo. Muchas diferencias morfológicas, anatómicas y fisiológicas diferencian a ambos grupos.
Los condrictios son un grupo de vertebrados muy primitivos, pero muy exitosos evolutivamente, ya que los tiburones son animales antiquísimos que no han cambiado mucho desde su origen y aun así están perfectamente adaptados a la actualidad.
Los vertebrados terrestres se diferenciaron a partir de peces pulmonados, inclusive, algunas de las primeras formas están a mitad de camino entre nuestro concepto de pez y el de anfibio.















Los análisis genéticos más modernos de los perros y lobos sugieren que el mejor amigo del hombre fue domesticado antes que surgiera, incluso, la agricultura, aunque el origen de esta domesticación sigue siendo obstinadamente misterioso. El análisis de los genomas de los lobos de tres posibles sitios de domesticación (Oriente Medio, Asia y Europa del Este), encontró que los perros modernos no estaban más estrechamente vinculados a ninguno de los tres, de hecho, parece que los antepasados lobos, más cercanos de los perros de hoy en día, pueden haberse extinguido sin dejar descendientes salvajes.